9 de abril de 2017

Primer día

La verdad no pretendía plasmar con palabras todo lo que me ronda la cabeza, no quería ni preocuparte ni agobiarte ni que te sientes triste. He de reconocerte que llevo un buen rato repitiendo en mi cabeza la frase “Debo esforzarme”, me he puesto dos series para no pensar y lloro cual diluvio en un intento de desahogarme y sentirme mejor.

Cada pocos minutos miraba el reloj deseando que llegaran las deseadas 23:30 con la esperanza de saber un poco como iba todo, que me contarás y ya por ultimo las buenas noches.  La deseada hora llegó y solo recibí un rápido y conciso “buenas noches”, en ese momento me tuve que recordar que me dijiste que podría pasar que es el primer día y que estarías más agobiado. Entonces repetí la secuencia para poder calmarme y actuar como tú realmente querrías que actuara, no como en verdad lo estoy haciendo: Vuelvo a repetirme que “debo esforzarme” varias veces, intento poner otra serie para no pensar (pero no lo logro) y finalmente sigo llorando para sentirme mejor. Mentiría si dijera que ha funcionado. Mentiría si dijera que logre calmarme y me fui a dormir para mañana poder hablar contigo.

Mi mayor deseo era seguir esperando el nuevo mensaje, pero eso  no debo hacerlo… no me dejarías hacerlo… intentaré no hacerlo. Me tomaré algo en un intento de caer rendida para no pensar. Probablemente me despierte más de una vez y más de dos para leer tus posibles mensajes, hasta puede que lo deje en vibración para poder enterarme y tardar poco en hablarte. Sé que si logro hacerlo te enfadarás conmigo, pero si lo hago será porque necesite hacerlo para “intentar dormir”. No debería seguir escribiendo mucho más, sé que puedo aturullarte con los mensajes que ya te he enviado y que con las prisas sin querer no habrás visto. No pasa nada, no puse nada que no te haya dicho antes o que no te vaya a decir ahora: que te amo, que estoy muy orgullosa de ti y que realmente espero con el tiempo estar a la altura que necesitas que este. Hasta mañana.

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