La verdad no pretendía plasmar con palabras todo lo que me
ronda la cabeza, no quería ni preocuparte ni agobiarte ni que te sientes
triste. He de reconocerte que llevo un buen rato repitiendo en mi cabeza la
frase “Debo esforzarme”, me he puesto dos series para no pensar y lloro cual
diluvio en un intento de desahogarme y sentirme mejor.
Cada pocos minutos
miraba el reloj deseando que llegaran las deseadas 23:30 con la esperanza de
saber un poco como iba todo, que me contarás y ya por ultimo las buenas
noches. La deseada hora llegó y solo recibí
un rápido y conciso “buenas noches”, en ese momento me tuve que recordar que me
dijiste que podría pasar que es el primer día y que estarías más agobiado.
Entonces repetí la secuencia para poder calmarme y actuar como tú realmente querrías
que actuara, no como en verdad lo estoy haciendo: Vuelvo a repetirme que “debo
esforzarme” varias veces, intento poner otra serie para no pensar (pero no lo
logro) y finalmente sigo llorando para sentirme mejor. Mentiría si dijera que
ha funcionado. Mentiría si dijera que logre calmarme y me fui a dormir para
mañana poder hablar contigo.
Mi mayor deseo era seguir esperando el nuevo
mensaje, pero eso no debo hacerlo… no me
dejarías hacerlo… intentaré no hacerlo. Me tomaré algo en un intento de caer
rendida para no pensar. Probablemente me despierte más de una vez y más de dos
para leer tus posibles mensajes, hasta puede que lo deje en vibración para
poder enterarme y tardar poco en hablarte. Sé que si logro hacerlo te enfadarás
conmigo, pero si lo hago será porque necesite hacerlo para “intentar dormir”.
No debería seguir escribiendo mucho más, sé que puedo aturullarte con los
mensajes que ya te he enviado y que con las prisas sin querer no habrás visto.
No pasa nada, no puse nada que no te haya dicho antes o que no te vaya a decir
ahora: que te amo, que estoy muy orgullosa de ti y que realmente espero con el
tiempo estar a la altura que necesitas que este. Hasta mañana.
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