3 de agosto de 2015

Orgullo

Quise huir yéndome a Portugal en un intento de sacarte de mi mente, parecía que lo había logrado pero supongo que estas palabras a la 1 am y sin poder dormir son la respuesta clara de que no lo he logrado. Sin previo aviso vino a mi mente tu recuerdo impregnado de sabores agridulces y de miles de preguntas sin responder, respuestas que es probable nunca reciba. El orgullo me ha mantenido alejada de ti este corto tiempo, a pesar de querer saber por qué no obtuve respuestas pero si silencios a mis llamadas de que demostraras que aquellos meses había significado algo para ti, solo recibí silencios y esas dudas quise olvidar pero no pude.

Todo lo que tiene que ver contigo se debate en una batalla entre el orgullo y los sentimientos. Muchas veces quise saber que signifique para ti, pero casi siempre chocaba contra un muro de cristal que te aislaba. El verano es mal compañero para estas cosas, a saber dónde estás y si ni siquiera te acuerdas de mi, mentiría si dijera que no quiero que me recuerdes.

¿Pero de qué me sirve que me recuerdes, si no has sido capaz de dar señales de vida? Tanto no debí importarte, o si te importe nunca entenderé porque desapareciste y te llevaste conmigo todas las esperanzas que puse en lo que teníamos.

Escribo como si lo fueras a leer, como si fuera a dejar a un lado yo mi orgullo para hablarte...cuando ninguna de esas dos cosas van a pasar.

Escribo intentando quitarme esa espina que duele, pero que no logro que desaparezca.

Escribo entre lagrimas recordándome que no debo ir detrás de nadie, que también merezco que alguien de un paso firme por mi a pesar de las posibles caídas...que bastante hice yo como para arrastrarme una vez más...

Escribo deseando que estas palabras me alivien al menos, una noche más.

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