13 de enero de 2015

Qué contar

Cuando te piden que escribas sobre tus sentimientos, sobre tu vida, sobre tu infancia o adolescencia no siempre queremos o sabemos que y como decir. Para mi no debería ser difícil, ya casi 5 años escribiendo sobre mi ante la atenta mirada de decenas o miles de seguidores. Pero si algo he comprobado es que es más fácil escribir a través de una pantalla a tener que leerlo en alto y cara a cara.

Mientras decidía de que hablar ojeaba mis entradas en busca de la respuesta. Demasiadas personas y momentos me han marcado, pero si uno marco el antes y después no solo en mi adolescencia, sino en mi vida, fue cuando entre a los Scouts. Seguro estaréis ya hartos, lo se, pero es algo que no puedo evitar y me disculpo ahora cara a todos esos momentos futuros en los que me oigáis hablar de ellos.

Me pongo a recordar y me parece tan lejano aquel 29 de Noviembre del 2006. Aquel sábado yo entre al local pensando que esa gente estaba loca por llevar uniforme, que no quería ser la nueva, que me daba vergüenza y que me quería ir a mi casa. Pero esos pensamientos poco a poco fueron cambiando gracias a dos de las personas más importantes de mi vida que conocí aquel día. Poco a poco descubrí que aquello no era ni el colegio ni el instituto donde era la rara que leía por los pasillos o esa chica a la que hacer bulling hasta llorar en los recreos.

Allí era una persona con sentimientos, ni mejor ni peor, diferente y eso se tenia en cuenta.
Allí aprendí que en el mundo había tantas y tan opuestas personas que quería poder conocer a el mayor numero de ellas para poder crecer día a día.
Allí aprendí que todos tenemos nuestro lugar y que ese era el mio.
Allí aprendí que había cosas mas importantes en la vida que las opiniones negativas del mundo que nos rodea.
Allí aprendí que a veces las cosas más simples son las que más felices nos hacen y que muchas veces las tenemos delante de nuestros ojos pero no sabemos apreciarlas.
Allí aprendí a distinguir a quienes importaba, a quienes quería en mi vida y quienes no merecían mi dolor...

Podría tirarme horas escribiendo, pero prefiero acabar contando que ante todo aprendí a saber quién soy y a no querer fingir ser alguien diferente.

No hay comentarios: