13 de julio de 2014

Cambios, cambios y más cambios.

Dicen que todos los cambios dan miedo, emocionan, aterrorizan, emocionan o todo eso y más a la vez. ¿Pero como sabes que es un cambio acertado, que no te estás equivocando, que escoges el camino correcto? Eso nunca se sabe hasta que pasa, hasta que te arriesgas.

Si me pusiera a hacer una lista de todos los cambios que se avecinan en mi día a día, no sabría decir cómo me siento respecto a ninguno, son tantos sentimientos contradictorios que muchas veces una lágrima o esa sonrisa que hace tiempo no tenías pueden ser la respuesta más real y sincera, más que cualquier palabra que escriba aquí y ahora. Se avecinan despedidas, retos, gente nueva por conocer, gente que ya has conocido y que te da miedo se hagan un hueco en tu vida casi sin darte tu cuenta para después irse.

Se avecinan lugares nuevos, lugares que decides dejar en el baúl de los recuerdos aunque eso duela...se avecinan demasiadas cosas. Algunas ya pensadas de antes pero que no quise reconocer, otras aparecieron derrepente y ya no quieres que desaparezcan o simplemente decidiste caminos distintos que recorrer. Pero en casi todas están las despedidas, y mentiría si dijera que es lo que menos me preocupa, porque es lo que más. En el fondo tienes la esperanza que muchas no sean un adiós definitivo y sean solo un hasta pronto, pero eso nadie lo sabe a ciencia cierta y aterroriza.

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