23 de diciembre de 2013

Ausencias

Ese segundo en el que me doy cuenta de por qué, más allá del sentimiento, me duele todo aquello.
Me duele porque creía que no eras capaz de volver a hacerme daño, pero lo fuiste.
Me duele porque di todo, pero no valió para nada.
Me duele porque a pesar de todo sigo creyendo que no voy a dejar de quererte, porque no es un sentimiento que se vaya a ir cuando yo quiera, porque eras todo y ya no estás...de nuevo ya no estás.

Tengo clavadas una una las palabras de aquel día en el cual volvió a salir a la luz ese chico agobiado, temeroso y dudoso.

Vi como de un día para otro todo se volvía negro.
Vi como otra vez te perdía entre mis dedos y nada de lo que pudiera decir o hacer iba a cambiar la situación.

Y aun hoy sigo sin entenderlo. No lo entiendo. No me entra en la cabeza como todo se esfumo sin más. No te odio, sigo sin poder, pero eso no quita ni el dolor ni el enfado.
Me decepcionaste de nuevo, volviste ha hacer lo que siempre haces aun cuando no había motivos que te dieran la razón.

Tantos días me levanto pensando que fue una pesadilla que al final de tanto caerme decidí no levantarme.
Me sorprendo a mi misma no llorando tu ausencia como otras veces, pero no lo hago porque estoy tan acostumbrada, que por una vez me afecto menos.

No hay comentarios: